LA TRANSVERSALIDAD
No se puede entender el trabajo del arquitecto sin contar con cierta deriva entre los diferentes campos del conocimiento. Al proyectar cualquier obra estaremos tocando desde el aspecto más técnico hasta el más artístico, pasando por factores sociales, históricos o ambientales. A menudo se escucha en las aulas que en la arquitectura nos vemos obligados a saber poco de muchas cosas, en lugar de mucho de pocas. Y es que es imposible proyectar un edificio sin tener en cuenta qué material usaremos, cómo haremos las uniones, por dónde pasarán las instalaciones… Así como tampoco nos podemos permitir ignorar los antecedentes históricos o el entorno social y urbano en el que nos movemos. Un arquitecto puede estar más especializado en un campo u otro, pero nunca abandonar esta transversalidad.
